«Rubén Castro alé, Rubén Castro alé, no fue tu culpa, era una puta, lo hiciste bien».
Ésta es la forma que algunos aficionados al fútbol usan para animar a su equipo, en este caso al Betis. Estas palabras se escucharon en el Benito Villamarín el pasado 8 de febrero y, al parecer, se volvieron a oír el siguiente fin de semana que el equipo jugó en casa.
Rubén Castro está acusado de varios delitos de violencia de género y amenazas, de hecho en el vídeo se explica. Sin embargo este sector del beticismo parece que no tiene en cuenta estos delitos, sino que lo más importante es el fútbol. ¿Tanto quieren a su equipo? Qué manera de querer más extraña ésa que aboga por la violencia, mira, como los maltratadores, muchos de los cuales afirman querer a sus víctimas, sin embargo las insultan, les pegan y, en demasiadas ocasiones, las asesinan.
Éste es el deporte rey, como lo llaman algunos, y esta gente es la que se permite entrar en los campos de fútbol. La Liga, las Federeciones, los Clubes, y demás implicados en éste y otros deportes deberían tomar cartas en el asunto, pero no, esto es un negocio del que interesa sacar tajada y ya está.
Me encanta el fútbol como deporte, pero no me gusta en lo que se ha convertido, como ya he dejado claro en alguna ocasión, de hecho hace un tiempo escribí «Cuando el fútbol era un deporte«. Continúo sin ver un partido de fútbol, me niego a ser partícipe de esta farsa, y menos aún cuando se dan situaciones como las que se aprecian en las imágenes del vídeo anterior.
La violencia de género, sea hacia el lado que sea, es un asunto muy grave que esta panda de energúmenos parece defender, por lo tanto yo no tengo cabida en los lugares que ellos frecuenten.
Desgraciadamente los casos de violencia de género se dan más de lo que pensamos, y son muchas las personas que lo sufren y que tienen un denominador común: piensan que merecen ese trato.
El pensamiento de una mujer maltratada va en consonancia con lo que narro a continuación: mi marido me pega lo normal, porque me lo merezco, porque no le he hecho la sopa como él quería, porque llevaba la falda demasiado corta, porque me he maquillado mucho, porque no he colocado su ropa en el armario, porque he ido a la peluquería, porque el vecino de arriba me ha mirado, porque he saludado al del quiosco de la esquina, porque llevo una camiseta escotada, porque he sido cortés con un señor en el autobús, porque he quedado con una amiga. Mi marido me pega porque por todo eso soy una puta y digna de este trato.
Todas somos unas putas, todos los maltratadores lo hacen bien.
Por todo eso y más, pégame: me lo merezco.
El blog de Estefanía Alfonso 
Sin querer entrar en polémica… me resulta curioso que nadie se haya escandalizado de que en los medios se hable de este hombre como un «maltratador» cuando todavía lo único que hay es una denuncia (no hay sentencia de nada) y sin embargo todos ponemos el grito en el cielo si alguien habla de la «supuesta víctima»… y que conste que no defiendo los cánticos de estos gilipollas del vídeo.
Creo que el tema de los malos tratos es demasiado serio (por ambos lados), como para tratarlo con la alegría con la que lo tratamos, e insisto, por ambos lados.
Digo esto porque no es nada extraño encontrarse con el caso de una mujer que interpone una denuncia falsa con la única intención de molestar y hacer daño (sé de lo que hablo).
Afortunadamente parece que los jueces y fiscales (que evidentemente son los que lidian con estos casos a diario), empiezan a distinguir y a tratar los casos como corresponde, pero me gustaría que ocurriese lo mismo con la opinión pública. Hablamos con mucha velocidad y facilidad de temas que desconocemos por completo (en este caso concreto… al menos yo, no estoy capacitado para hablar y no creo que haya mucha gente que lo esté, a no ser que haya estado delante de ellos en sus discusiones para saber si son ciertos o no los hechos que se denuncian).
Dicho esto, pido perdón por ser la nota discordante, pero estoy muy quemado de los clichés en cuanto a padres separados con hijos y en cuanto a temas de violencia de género. Cada caso es un mundo… creo que lo más prudente sería no opinar JAMAS de ningún caso, al menos hasta que no haya una sentencia con hechos probados.
En cualquier caso, me reitero en que los amigos que cantan en el vídeo se merecen todos una mano de bofetadas, pero que tenemos que tener mucho cuidado para no convertirnos en lo mismo, pero del otro lado, defendiendo algo que es tanto o más reprochable que el maltrato, una denuncia falsa de maltrato… nada más.
Estoy totalmente de acuerdo contigo.
Según he leído, hay una sentencia de dos años de cárcel para este hombre. Por lo visto está imputado (se usa mucho esta palabra).
Eso que comentas de «hacia los dos lados», es el motivo por el cual he querido hablar de violencia tanto en hombres como en mujeres, porque hay para ambas partes y es injusta para todos. Al igual que lo es la denuncia falsa por hacer daño a la persona en cuestión.
Gracias por pasarte a comentar y no pidas perdón, que tu opinión es común a la de mucha gente, y además tienes que darla.
Pues no sabía lo de la sentencia… un día nos hacemos un café y te cuento por qué estoy tan harto de los clichés… aunque tú ya sabes parte de mi vida 😉
Un besote!
Yo también estoy cansada de eso.
Cuando quieras 😉
Estoy de acuerdo tanto con la entrada como con las opiniones. Lo que no entiendo es cómo no les cierran el campo unos cuantos partidos, a ver si así aprenden que a los únicos que hay que dejar pasar a ver un partido es a aquellos que son personas. Biquiños!
Sí, quizás es una de las medidas que deberían tomar.
Gracias maja.
Besos